Rutina Japonesa para despertar felices

Rutina Japonesa para despertar felices

Japón cuenta con una de las poblaciones más longevas del mundo. Sus hábitos diarios tienen mucho que ver en eso y hay costumbres que llevan a cabo para evitar envejecer más rápido y ser felices.

Si hay una cultura que tiene algo verdaderamente relevante que decir sobre la felicidad es la japonesa. Este país tiene una filosofía milenaria basada en comprender y dar respuestas prácticas a conceptos abstractos de la vida y no iba a dejar de lado uno de los temas más trascendentales como es la felicidad. Pero, ¿Qué es ser feliz? y sobre todo ¿Cómo podemos ser felices?

Para los nipones, la felicidad está muy relacionada con el ikigai o la razón para levantarse de la cama. La búsqueda de este ikigai está vinculada a una vida tranquila que lleva a la introspección y a prestar atención a los pequeños detalles. Se cree que esta filosofía es una de las razones por las que la sociedad japonesa es una de las más longevas del mundo y es que esta manera de ver la vida va más allá, interfiriendo en cada aspecto del día a día, desde la manera de relacionarse con el trabajo, a la alimentación o al cuidado de la piel.

Ikigai, el concepto japonés para vivir más y mejor
El ikigai es un término japonés que no tiene una traducción exacta al español, sin embargo, se le atribuye un significado bastante especial: “Tener una razón por la que vivir”. Esta palabra también tiene vínculos históricos. Gai viene de la palabra kai, que significa caparazón. Según Akihiro Hasegawa, psicólogo clínico y profesor asociado de la Universidad Toyo Eiwa, los caparazones eran bastante valiosos durante el período Heian y le agregaban un sentido de “valor en la vida”.

Para saber si se puede encontrar la razón para vivir, los expertos recomiendan comenzar con cuatro preguntas:

¿Qué amas?
¿En qué sos bueno?
¿Qué necesita el mundo de vos?
¿Qué puedes hacer para que te paguen?

Encontrar las respuestas y un equilibrio entre estas cuatro áreas podría ser un camino hacia el ikigai para los occidentales que buscan una interpretación rápida de esta filosofía, afirman los expertos.

En la cultura japonesa, ikigai es un proceso más lento y, sobre todo, no tiene nada que ver con el trabajo o los ingresos. Los investigadores señalan que el ikigai puede cambiar con la edad, ya que, para una persona cuyo trabajo es su razón de vivir, esto será un alivio cuando se acerque a la jubilación y comience la búsqueda de un nuevo ikigai.

Los cuatro hábitos para despertarse con buena cara
Cenas ligeras con el método Hara Hachi Bu. Consiste en comer hasta llenar nuestro estómago en un 80%. Es decir, no pasar hambre, pero tampoco comer hasta no poder más. Este método no es una especie de truco dietético para evitar engordar, porque los japoneses lo aprenden desde niños, asociado más a renegar de la avaricia que a mantenerse delgados. Sin embargo, también tiene mucho que ver con mantener en perfecto estado nuestra salud y es que, con este método, evitaremos sobrecargar nuestro organismo, evitando digestiones pesadas o una excesiva segregación de sebo en la piel.

Un baño caliente antes de dormir. Los japoneses llevan décadas popularizando los baños calientes hasta haberlos convertidos en una cuestión cultural. Este hábito es uno de los que deberíamos adquirir porque relaja los músculos, alivia el estrés del día a día y ayuda a dormir mejor. Además, al agua caliente se le reconocen beneficios antioxidantes y que mejoran notablemente la circulación, abriendo los poros de la piel y eliminando las células muertas para conseguir un rostro más sano y rejuvenecido.

Dormirse temprano. La cultura nipona tiene más fama de gallo que de búho porque los japoneses acostumbran a cenar temprano para irse a dormir pronto. Esto les garantiza respetar las 7-8 horas de sueño recomendadas por la OMS, levantándose con una piel descansada y permitiéndoles madrugar para activar el cuerpo antes de comenzar el día.

Madrugar para practicar deporte. Antes de sumergirse en la rutina y enfrentarse a la jornada laboral, los japoneses dedican tiempo a realizar algo de actividad física, ya sea con un entrenamiento de fuerza o saliendo a pasear por la naturaleza, lo que ellos llaman shinrin-yoku. Esta última actividad significa literalmente ‘baño de bosque’ y es un hábito milenario que consiste en pasear de manera consciente por zonas verdes como parques, montañas o bosques. A esta práctica se le relacionaron muchísimos beneficios para la salud, como la reducción significativa del estrés o el fortalecimiento del sistema inmunológico.

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